La lectura retrasa aparición de enfermedades neurodegenerativas.
Un segundo beneficio de la lectura frecuente es que previene enfermedades neurodegenerativas. El doctor Pablo Martínez-Lage, coordinador del Grupo de Estudio de Conductas y Demencias de la Sociedad Española de Neurología, y citado por la periodista Yaiza Saiz, afirma que diversos neurólogos recomiendan la lectura como método preventivo del Alzheimer, Parkinson y otras enfermedades neurodegenerativas. Estas enfermedades producen lesiones cerebrales y hacen perder la capacidad de buen funcionamiento de ciertas áreas del cerebro.
Sin embargo, las personas que tienen una buena reserva cognitiva o capacidad intelectual acumulada a lo largo de su vida, pueden compensar este tipo de daño y están menos propensos a sus efectos. El doctor Guillermo García Ribas, coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología, citado en el artículo “Un cerebro más protegido gracias a la lectura”, publicado en abril de 2013 en diario El Mundo, señala que el concepto de reserva cognitiva ha cobrado gran importancia, porque se ha visto que existe una relación directa entre la misma y el buen funcionamiento cognitivo y ejecutivo de nuestro cerebro cuando envejecemos, y se ha demostrado que es un factor protector ante los síntomas clínicos de las enfermedades neurodegenerativas, como las demencias. Así, cuanto mayor reserva cognitiva posee una persona, mayor capacidad tiene su cerebro para compensar el daño cerebral generado por estas enfermedades, al utilizar otras áreas de conexión neuronal.
Lo que permite tener una mayor reserva cognitiva en la vejez es haber tenido una vida intelectualmente activa, y la lectura es una de las mejores actividades intelectuales. De hecho, diversos estudios han demostrado una alta correlación entre las actividades de leer y escribir con el aumento de la reserva cognitiva.
En un reciente estudio realizado por el doctor Robert Wilson, del Rush University Medical Center en Chicago, y citado por Yaiza Saiz, se pudo establecer que la lectura permite afinar la memoria, agilizar la mente, y retardar el decaimiento propio del envejecimiento. Esto es posible, gracias a que durante la lectura, se incrementa la rapidez de respuesta, pues se obliga al cerebro a pensar, imaginar, ordenar e interrelacionar conceptos e ideas, y ejercita la memoria entre otras operaciones mentales, estimulando las conexiones neuronales y mejorando la capacidad intelectual.
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