Primera Infancia, una prioridad en la agenda pública

La educación es uno de los factores clave del desarrollo de un pueblo. Es por ello que no se concibe la educación y el desarrollo de la niñez sin integrarla y reconocer las influencias mutuamente recíprocas de éstas con el desarrollo de la familia, la comunidad, las instituciones y toda la sociedad en general. Lograr que nuestros niños se desarrollen durante los primeros 6 años de vida es urgente.

 

Según UNICEF los primeros años de vida son cruciales. Los niños y niñas que reciben protección y cariño durante su primera infancia tienen más probabilidades de sobrevivir y crecer saludablemente, de padecer menos enfermedades y trastornos y de desarrollar plenamente sus aptitudes cognitivas, lingüísticas, emocionales y sociales. Es también más probable que sean buenos estudiantes cuando comiencen la escuela, y como adolescentes tendrán una mayor autoestima. Y más adelante en la vida, tendrán más posibilidades de convertirse en personas creativas y productivas.

 

Partiendo de esa premisa, es necesario reconocer que invertir en programas de educación inicial tiene un impacto positivo en el desarrollo de las personas. Los primeros seis años de vida (algunos expertos indican que son siete) son la etapa fundamental en la educación para alcanzar el potencial de las personas. Los países que han invertido en la educación de la primera infancia cuentan con ciudadanos que han logrado mayores niveles de formación, pues quien tiene acceso a la educación inicial después tiene mejores resultados en la primaria e incluso en la secundaria.

Desde la investigación académica, el foco en la Primera Infancia se ha potenciado en el mundo, tanto en términos de investigación sobre efectividad, como en programas integrales de calidad. La Unesco (2005) señala que deberíamos aspirar a crear políticas que mejoren el acceso a estos programas, la calidad de las prácticas así como aumentar las capacidades nacionales y regionales para proveer atención en educación inicial y preprimaria.

La educación inicial en el contexto de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) 2015-2030 apunta que no se conseguirán avances en el desarrollo sostenible en las próximas décadas sin la contribución de varias generaciones para la mejora de la sociedad ya que más allá de la mera supervivencia, los niños tienen el derecho a crecer, a desarrollar todo su potencial y a vivir en un mundo sostenible

 

Según el estudio Investing in Our Future existen dimensiones de la calidad que importan en la educación inicial:

  1. Calidad estructural: seguridad, apoyo a la higiene y la sanidad, personal calificado, participación de la familia y la comunidad en la gestión del programa.
  2. Calidad del proceso: Pedagogía enfocada en el desarrollo, basada en el juego y en la cultura, calidez y receptividad a las necesidades de los niños, inclusión de grupos marginados y de niños con discapacidad, habilidades docentes que promuevan dominios específicos del desarrollo en los niños y se adapten a sus niveles particulares de desarrollo.

Pero a esto debemos sumarle servicios que importan para el desarrollo de los niños pequeños y el aprendizaje en educación inicial: a) Comida y nutrición, b) Acceso y referencias para servicios de salud y dentales, y c) Acceso y referencias a servicios de salud mental.

Para lo cual es indispensable que los líderes nacionales e internacionales, sean concientes de las necesidades de la niñez, sensibles y con la capacidad de evaluar la problemática de vulnerabilidad a la que se enfrenta cada día la infancia en el país. Necesitamos líderes planificando programas de Inclusión educativa y social para el desarrollo infantil en general y, en particular para aquellos niños y niñas, que por su condición de vida requieren de un trato más equitativo reconociendo las características que hace a la niñez vulnerable, a nivel social, de salud y educación

En Guatemala existe tanto la ley como la política pública de Protección Integral de Niñez y Adolescencia (Ley Pina y PPPI, respectivamente), que establecen el fortalecimiento de la institucionalidad a favor de las niñas y los niños menores de seis años. La idea es visibilizar a este grupo poblacional en los marcos jurídicos, políticos, institucionales, entre otros.

En el caso de la educación preprimaria, en nuestro país pareciera que con el paso de los años los padres de familia han tomado conciencia de la importancia de educar a los niños a partir de los 4 años, y precisamente en tres años el porcentaje de deserción en la preprimaria tuvo una disminución de un 12% en el 2010 a un 5% en el 2013 (ver tabla No. 1).

Tabla 1

Preprimaria: evolución de la matrícula (alumnos inscritos y deserción) 2010-2014

 

Año

Inscrip. Neta Hombres

Inscrip.Neta Mujeres

Total Inscrip.

NETA

Deserción Hombres

Deserción Mujeres

Total

Deserción

%

2010

456,460

448,536

904,996

55,396

51,204

106,600

12%

2011

404,606

392,940

797,546

43,740

42,012

85,752

11%

2012

226,302

218,024

444,326

37,062

34,468

71,530

16%

2013

401,554

388,430

789,984

21,902

17,468

39,370

5%

 

                 Fuente: http://hpp-gt.org/sis/prototiporeporte.html

 

Desafíos

A pesar de haber logrado algunos avances, Guatemala tiene muchos desafíos aún por enfrentar:

  • No contamos con un sistema de atención a la primera infancia que tenga avances significativos en materia de cobertura, calidad, financiamiento e institucionalidad, sin perder de vista el problema de desnutrición crónica y la atención a las madres en gestación, que se brinda por medio de los programas de salud primaria, conformados como la Ventana de los mil días;
  • Los programas de educación preprimaria benefician primordialmente a la población que reside en zonas urbanas; aunque ha aumentado la cobertura, no todos los niños en las zonas rurales asisten a las escuelas de párvulos; es necesario priorizar en las políticas educativas la ampliación de la cobertura en preprimaria y la formación de docentes para este nivel.
  • Es necesario priorizar las acciones para el desarrollo infantil temprano como elemento prioritario de la agenda pública y hacer eficientes los niveles de coordinación de programas diversos que se dedican a la atención de las niñas y los niños en la educación inicial;
  • Es importante concientizar a los padres de familia de la necesidad que existe que sus pequeños asistan a los centros de atención de la primera infancia y preprimaria, así como sensibilizar a las madres para que acudan con sus hijos pequeños y participen en programas integrales que incluyen temas de salud, nutrición, educación inicial y estimulación temprana. La participación de la familia es clave para el desarrollo integral de la niñez en la primera infancia.
  • Se implementen adecuadamente las acciones de salud primaria que incorpora la Ventana de los mil días; esto conlleva la mejora en la gestión en el primer nivel de atención del sistema de salud.

                           

           Octubre de 2015

 

Para mayor información por favor dirigirse a la página web: http://www.empresariosporlaeducacion.org

 

 

Fecha del Artículo: 
Miércoles, Mayo 17, 2017

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