"Una Colombia que impacta" por Verónica Spross de Rivera (14/05/2014)

 

La transformación de Colombia es un milagro que impacta. Hace 20 años muy pocas personas apostaban por su futuro. De un contexto muy difícil plagado de escaso crecimiento económico, violencia y los efectos del narcotráfico, Colombia es ahora una nación diferente, que enfrenta el futuro con unidad social y valentía de los ciudadanos.

Este año la economía colombiana tuvo un buen inicio, con un ritmo de crecimiento en el primer trimestre de 4.8%, más del doble de la tasa que se reportó en el mismo período en 2013. Estos resultados indican que de continuar con ese ritmo se lograría la meta de crecimiento económico que el Gobierno planteó para este año. Los sectores que están impulsando este positivo resultado son la construcción, el agro y la inversión relacionada con infraestructura, así como el aumento en el consumo de los hogares.

Sus indicadores de violencia denotan un cambio positivo, especialmente en la tasa de homicidios, que se redujeron a la mitad en la última década. Aunque aún se dan robos en las calles, las estrategias de mejoramiento de la ciudad y mayor iluminación han contribuido a mejorar la seguridad ciudadana.

En el área social también se cuenta con programas sólidos que se ejecutan de forma descentralizada. Especialmente importante es el sistema educativo, que en la última década ha reportado una significativa continuidad en las políticas educativas y reformas efectuadas.

Aun así, y a pesar de reconocer avances significativos en la cobertura educativa, hay preocupación generalizada por los bajos resultados en el aprendizaje, que demostraron los estudiantes colombianos que participaron en la última edición de la Prueba PISA, que fueron presentados recientemente y conmovieron a la sociedad colombiana. El análisis de los resultados y sus factores asociados ha estado presente en los medios y en las discusiones en foros públicos y en reuniones privadas.

Hay que reconocer que los preocupantes resultados han puesto a todos a discutir qué hacer para mejorar la educación del país. La revista local Semana Educación y un centro educativo convocaron a una cumbre realizada a finales de abril con más de 800 participantes.

En la cumbre realizada se consideró lo que debe hacerse para mejorar la educación, pero principalmente se enfatizó la urgencia de hacerlo. Se planteó que la mejor manera de hacerlo es mediante un gran pacto por la educación, un tema que puede unir a todos los sectores en torno a una meta común.

Entre los avances que el sistema educativo colombiano reporta están los avances en la cobertura en todos los niveles; los aumentos en la asignación presupuestaria a la educación; los docentes se preparan en la universidad, casi todos son al menos licenciados; se dota a los centros educativos de recursos, materiales y los alumnos cuentan con libros de texto y tecnología.

El programa Computadores para Educar ya ha llevado 3 millones de estos aparatos a 15 mil centros educativos.

Además, cuentan con programas de apoyo a las 23 mil escuelas de menor desempeño. Su reto es lograr una educación más equitativa, con calidad en todos los centros educativos.

¿Y nosotros qué lecciones tomamos de ellos? Primero, que la formación del recurso humano es prioridad. Segundo, debe continuarse con las reformas que se han venido implementando, ya que los resultados se ven a mediano y largo plazo. Tercero, es clave fortalecer la profesión docente, logrando que los mejores candidatos sean contratados como maestros, así como actualizando a los que están en servicio, para que sean facilitadores del aprendizaje con metodologías innovadoras y centradas en desarrollar las competencias de los alumnos, especialmente el pensamiento crítico y la lógica para aplicar la teoría a resolver los problemas de la vida diaria.

Nosotros estamos más rezagados que los colombianos en los indicadores de calidad y aprendizaje. Debemos buscar que los cambios y reformas se implementen aquí a mayor velocidad, ya que de lo contrario corremos el riesgo de quedarnos muy atrás. Los niños y jóvenes no pueden esperar.

 

Fuente: Verónica Spross de Rivera, Siglo 21, 14/05/2014

 

 

Fecha del Artículo: 
Miércoles, Mayo 14, 2014

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