Si millones de personas en el mundo lo utilizan y reconocen como uno de los métodos mejor concebidos para el aprendizaje del inglés en Internet, ¿por qué no habría de aprovecharse semejante herramienta en el país?.
Especialmente si, tal y como lo explica su creador, el connacional Luis von Ahn, ese invento suyo se hizo pensando en Guatemala debido a la dificultad que conlleva ese aprendizaje y a lo oneroso que resulta llevar a cabo la capacitación en academias e institutos especializados.
Se estima que la aplicación es utilizada por al menos 28 millones de personas en el mundo, y se ha reconocido en diferentes foros el enorme valor que tiene como herramienta. Von Ahn, a la vez, también ha sido reconocido como una figura prominente en el campo de la tecnología. Corporación de Noticias, casa editora de los diarios Siglo.21 y al día, ya lo reconoció en su momento como Personaje del Año.
El viernes pasado el Ministerio de Educación firmó una carta de compromiso con la empresa de Von Ahn, y por medio de ese instrumento se tendrá una plataforma para dar acceso a estudiantes y maestros para aprender el idioma inglés.
En el caso de los maestros, Duolingo dará el acompañamiento respectivo online a los docentes, a fin de certificarlos para el uso de la herramienta como recurso tecnológico.
Serán en total 49 centros educativos del nivel medio en el país los involucrados, aunado al fortalecimiento de competencias a 200 maestros de departamentos como El Progreso, Sacatepéquez, Sololá, Escuintla y Guatemala, donde funcionará como plan piloto para los años 2014-2015.
De más está subrayar lo importante que para el desarrollo de una carrera estudiantil y luego profesional, resulta el aprendizaje de un segundo idioma, particularmente el inglés.
Es de esperar que las alianzas entre entidades públicas y personalidades como Von Ahn, no se limiten a pequeños experimentos o a muy focalizados programas sin apoyo posterior. La calidad educativa en Guatemala va más allá de refacción, útiles, cobertura o libros nuevos. En realidad requiere de una dinámica mucho más ágil y mucho más atrevida para provocar el cambio sin que los recursos financieros se multipliquen, dada su carencia.
Por ello, vale la pena aplaudir el esfuerzo, tanto de las autoridades educativas como del propio científico guatemalteco, con la esperanza de que cada vez más seamos testigos de acuerdos y de proyectos capaces de promover el desarrollo estudiantil en el sector público. No hay otra manera de salir pronto, del bache en el que estamos.
Fuente: Editorial, Siglo 21, 04/05/2014.
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