Comunicado "Los riesgos de la ampliación presupuestaria de MINEDUC frenta a desafíos aducativos"

Los maestros tienen un papel fundamental en el sistema educativo, pueden hacer la diferencia en la vida de millones de estudiantes si están comprometidos y preparados para el trabajo en el aula. Para contar con maestros motivados y efectivos se necesita una carrera docente que promueva las condiciones para su adecuada selección y contratación, formación, evaluación e incentivos. Asimismo, es necesario que sus condiciones laborales sean las adecuadas y se enmarquen en el objetivo principal de mejorar la calidad de la educación.

Dado el proyecto del pacto colectivo gestionado en 2018 entre el Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG) y el Ministerio de Educación (MINEDUC), resulta necesaria una discusión más profunda sobre el tema y lograr la reestructuración de algunos aspectos que comprende el proyecto, de modo que se compatibilice con un marco institucional que se oriente a mejorar el aprendizaje.

El proyecto de pacto colectivo establece un aumento salarial del 15% para todo el personal del MINEDUC (5% anual de 2018 a 2020), un bono único de fin de año de Q2500.00 y un bono mensual para 2018 de Q.500.00 para los maestros egresados del PADEP/D (incrementándose este bono para 2019 – Q.600.00 y 2020 – Q.700.00).  Según proyecciones del MINEDUC estos beneficios representarían costos que ascenderían a Q4,909.4 millones.

Para 2018, el costo estimado sería de Q.1041.7 millones, de los cuales el MINEDUC requiere un monto de Q.961 millones adicional a su presupuesto 2018 para cumplir con lo pactado, por lo que fue solicitada al Congreso de la República una ampliación presupuestaria para esa cartera.

Dada la evidencia histórica de los pactos colectivos anteriores (2008 y 2013), al no estar estos incrementos y beneficios salariales claramente vinculados con indicadores de calidad educativa ni desempeño docente, se considera, que el impacto en la calidad educativa de la niñez y juventud guatemalteca no será significativo.

Más bien, es fundamental lograr una transformación del sistema educativo, orientada hacia la mayor cobertura y mejor calidad de la educación que se imparte.  Es importante reevaluar y reestructurar el proyecto de pacto colectivo, tomando en cuenta lo siguiente:

  • Es necesario enmarcar el proyecto de pacto colectivo 2018 en una visión de largo plazo, para contribuir a una formación de calidad para la niñez y juventud guatemalteca.  Por ello, se plantea el Nuevo Pacto Educativo respaldado por diversos sectores del país.
  • Incorporar la meritocracia, vinculando las mejoras salariales con variables e indicadores como el desempeño docente en el aula, actualización y formación continua, y resultados de aprendizaje de los estudiantes, entre otros.
  • Avanzar hacia una nueva carrera docente que dignifique la labor de los maestros y les brinde oportunidades de desarrollo laboral y profesional, pero a la vez establezca de manera clara los procesos de selección por mérito, contratación, formación, incentivos vinculados a resultados de aprendizaje y evaluación del desempeño docente.

En conclusión, es muy preocupante realizar una ampliación presupuestaria, que es sólo una parte del complejo proceso que conlleva un pacto colectivo.

Su financiamiento en los próximos años puede poner en riesgo programas vinculados a la calidad educativa como acompañamiento pedagógico, formación y capacitación de maestros, así como la dotación de textos y equipo tecnológico; sin dejar de contrastar esta erogación con la presión generada por los compromisos adquiridos por la ley de alimentación escolar.

Ante la realidad de los recursos limitados, la gran pregunta es: ¿Cuál es la prioridad del sistema educativo?

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