El 10 de octubre en el Enade se firmó el Acuerdo Nacional de Desarrollo Humano, ANDH, con el respaldo de la gran mayoría de partidos políticos del país. Se incluyeron objetivos nacionales en las áreas de nutrición, educación y capacitación técnica.
Contar con una estrategia de desarrollo social que apuntale los esfuerzos de crecimiento económico es muy importante para que todos los guatemaltecos puedan ser partícipes de un futuro más prometedor.
Con el espíritu de alcanzar una educación de calidad para los niños y jóvenes guatemaltecos, la cual les permitirá alcanzar un mejor nivel de vida, en el área de educación, se establecieron cuatro objetivos:
1) Mejorar los resultados de aprendizaje por parte de los alumnos; 2) Garantizar que todos los centros educativos con el mínimo de 180 días de clase; 3) Contar con docentes preparados y competentes, lo que incluye lograr que la selección de los docentes se haga con base en el mérito, que se continúen los procesos de profesionalización y se promueva la evaluación de sus capacidades; 4) Mantener e institucionalizar el sistema de evaluación de aprendizajes.
Después de seis meses de firmado el Acuerdo Nacional de Desarrollo Humano puede concluirse que hay una preocupación profunda porque el sistema educativo no está brindando la formación que los jóvenes requieren para un desempeño exitoso en la vida.
Los resultados en las pruebas nacionales a los graduandos manifiestan serios problemas en cuanto a lograr los resultados de aprendizaje. En segundo lugar, preocupa la insostenibilidad financiera del sistema educativo, aunque es un problema del país en general.
Es de resaltar que se ha vuelto una práctica común otorgar aumentos salariales a los maestros no vinculados a la mejora en el aprendizaje. Está pendiente la discusión de una nueva Carrera Docente. Se implementó un programa de profesionalización docente, denominado el PADEP/D, pero no se ha realizado un vínculo de los incentivos al desempeño.
Entonces, el futuro de dicho programa podría estar en juego si no se contempla un incentivo por profesionalización, pero que debería estar también ligado a los resultados de los alumnos.
También vale señalar que aunque se ha mejorado en los últimos dos años, no se está cumplimiendo los 180 días de clase, lo cual es preocupante pues se restan oportunidades de aprendizaje a los estudiantes.
Al inicio del ciclo escolar se perdieron entre 6 a 10 días de clase, debido a las manifestaciones realizadas por maestros, así como por las dificultades en la entrega de los programas de apoyo a las escuelas en tiempo.
Finalmente, en este último semestre resultó preocupante que el Gobierno adquiriera compromisos de aumentos salariales que no cuentan con un respaldo presupuestario real.
Todos los compromisos derivados de un pacto colectivo deberían financiarse a través de los ingresos ordinarios del Estado, principalmente por medio de la recaudación programada para cada año.
Entre las acciones urgentes para mejorar la calidad de la educación y los aprendizajes de los alumnos se necesita desarrollar y actualizar la carrera docente de forma integral, permitiendo vincular los aumentos salariales al desempeño de los docentes, su preparación y resultados de aprendizaje de los alumnos.
Garantizar el cumplimiento como mínimo de los 180 días de clase, promoviendo la participación ciudadana para verificarlo; implementar un modelo de gestión efectivo que garantice la entrega a tiempo de los fondos para la ejecución descentralizada de los programas de apoyo en todos los centros educativos.
Pero que también verifique la sostenibilidad financiera del sistema educativo; implementar un nuevo modelo de supervisión, que se centre en el acompañamiento pedagógico y promover estrategias de colaboración a nivel municipal y local.
Fuente: Verónica Spross de Rivera, Sección Opinión de Siglo 21, 02/04/2014
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