Faros de Luz por Verónica Spross de Rivera
Cualquier propuesta para la FID en Guatemala debe partir de la realidad y evidencia que funciona.
Partiendo desde la Universidad de San Carlos se ha iniciado la discusión sobre la formación inicial de los docentes (FID). A los 10 años de la reforma que llevó su preparación del nivel medio al superior es importante tomar en cuenta las lecciones que dan otros países que han avanzado más que nosotros o cuyos resultados en el aprendizaje de los estudiantes son mejores que los nuestros. A continuación algunas lecciones encontradas, que pueden inspirar la necesaria modernización del esquema que está formando a los maestros en Guatemala. ¿Qué nos dicen los especialistas?
El Diálogo Interamericano, en el documento Construyendo una educación de calidad: Un pacto con el futuro de América Latina, nos plantea: La región necesita avanzar en una visión más moderna de la carrera docente. Esto implica elevar los requisitos de ingreso a la profesión docente, establecer requisitos meritocráticos para la selección, contratación y promoción, así como diversificar las oportunidades de progreso profesional (sin que ello implique dejar el aula), además de implementar el uso de incentivos alineados. También debe apoyarse a los directores para potenciar su papel de liderazgo dentro de las escuelas.
A nivel internacional se observan sistemas educativos que cuentan con requisitos más rigurosos que el título de formación inicial para ingresar a la profesión; en algunos casos se necesitan evaluaciones externas para habilitarse o acceder a un puesto de trabajo, como en España o la provincia de Ontario en Canadá, y países aún más rigurosos que exigen además aprobar un periodo de prueba para mantenerse en el puesto, como Alemania, Australia y Holanda, entre otros. En América Latina, Colombia tiene un examen de habilitación para ingresar en la carrera docente. Acá contamos con la prueba diagnóstica a docentes, pero su ponderación para contratación es muy baja.
Algunos países contemplan un periodo de inducción, como la República Dominicana, que contempla en su normativa un año de inducción, al final del cual se evalúa a los profesores y se les confirma en el cargo, si obtienen una calificación positiva. Otro caso a tomar en cuenta es el de Ecuador, que incorporó el enfoque meritocrático (según Cuenca, 2015). El ascenso en el escalafón depende no solo de los años de experiencia, sino también de la aprobación de cursos de formación, la calificación de las evaluaciones docentes y de la obtención del título de maestría, en los niveles más altos.
Otro aspecto importante de las carreras docentes modernas es el uso de incentivos ligados al desempeño. Estos se vinculan a criterios cuantitativos medibles y cualitativos, basados en resultados del desempeño estudiantil. Es decir, los aumentos salariales deben ir vinculados al aprendizaje de los estudiantes y elementos como retención de los alumnos, entre otros.
Otros elementos mencionados como parte de la carrera docente incluyen el desarrollo profesional continuo y los sistemas de apoyo como los dirigidos a los directores, que son fundamentales para el funcionamiento de las escuelas. Chile y Colombia cuentan con programas de formación de directores, los chilenos otorgan becas a directores para programas de posgrado y pasantías, y en Colombia se desarrolla su liderazgo en beneficio de las instituciones educativas que coordinan. Hay mucho que aprender de documentos como Profesión: Profesor en América Latina del BID; Profesores excelentes, del Banco Mundial; 15 cartas sobre educación en Singapur, de F. Reimers y E.B. O’Donell; y los documentos de UNESCO sobre carrera docente, ERCE y los Futuros de la Educación, entre otros. Cualquier propuesta para la FID en Guatemala debe partir de la realidad y evidencia de que funciona.
https://elperiodico.com.gt/opinion/opiniones-de-hoy/2022/01/20/faros-de-...
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