#NoAlRetrocesoEducativo

Estimados miembros de la Cámara Guatemalteca de la Educación

El 25 de mayo ustedes presentaron una solicitud de antejuicio contra la ministra de Educación, Cynthia del Águila. Su solicitud expone la inconformidad ante la creación de la carrera de Bachillerato en Ciencias y Letras con Orientación en Educación. Tal bachillerato permitirá elevar la formación inicial docente a nivel universitario, sin duda un gran avance para nuestro país, pero un avance que ustedes objetan. Por tal razón, han acusado a la señora ministra de delitos de incumplimiento de deberes, violación a la Constitución, abuso de autoridad y desobediencia a mandatos de las Cortes.

Yo, Salvador Paiz, en nombre de Empresarios por la Educación, me opongo a esta solicitud de antejuicio porque atenta contra los derechos de la niñez guatemalteca. Esta petición implica un retroceso a la búsqueda por mejorar la calidad educativa, por lo que pone en tela de duda los verdaderos objetivos de su organización, como supuestos promotores de una buena educación en Guatemala. El docente es la variable más determinante de la calidad educativa. Los países más rezagados en educación del continente, nuestros pares, ya han avanzado en su proceso por formar maestros a nivel superior. ¿Por qué pretenden dar marcha atrás y convertirnos en el único país que use las prácticas del siglo pasado? 
 
Les quiero recordar que Guatemala es de los países en Latinoamérica que no ha logrado una verdadera reforma educativa de los docentes. Entre los objetivos de una reforma se incluye contar con docentes debidamente preparados para mejorar la calidad de la educación. Aunque tenemos maestros en servicio con alto grado de compromiso, lastimosamente no cuentan con las competencias mínimas necesarias para llevar a cabo su labor con éxito. En el 2014, 17 mil 891 maestros optantes a una plaza, muchos de los cuales fueron formados en sus colegios, obtuvieron 50.4 por ciento respuestas correctas en la prueba de lectura y 36.2 por ciento en la de matemática. La ineludible conclusión es que no estamos dotando a nuestros futuros maestros con las herramientas necesarias para que sean exitosos en el aula de clase. 
 
Con tales resultados en las pruebas a nuestros maestros, las cifras de evaluaciones a graduandos no deberían de sorprender. En 2013 solo el ocho por ciento de los graduandos alcanzaron un resultado satisfactorio en matemáticas, mientras que el 26 por ciento lo alcanzó en lectura. Las cifras son alarmantes. No solo demuestran que nuestros jóvenes no se están graduando con las competencias mínimas sino que también sugieren ineludibles cambios de raíz en el sistema educativo. La reforma en cuestión inició desde los Acuerdos de Paz por medio del marco Diseño de Reforma Educativa. Ésta sentó las bases de la reforma curricular y de otras áreas como la formación inicial docente. Aunque ha habido avances, no han sido suficientes, sobre todo en el tema de formación docente. Es importante que veamos que esta reforma es tan solo un primer paso en un largo proceso por fortalecer la profesión docente. El proceso de mejora de la carrera docente, posiblemente la carrera más importante de todas en una sociedad que desea superarse, exige de todo nuestro apoyo.
 
El tema de la calidad educativa debe ser tratado con sentido de urgencia. Si queremos que nuestros alumnos se gradúen con las competencias mínimas para enfrentar el mundo laboral tan exigente de hoy, se requieren los mejores docentes que les podamos ofrecer. Este es un primer paso en el proceso por fortalecer la profesión de los maestros del sector público. Como país debemos empezar a consensuar las reformas adicionales que serán necesarias en la formación inicial, formación continua y selección de los maestros. La frívola demanda que han planteado no solo implica un retroceso sino que nos distrae de las importantes conversaciones que debemos tener para mejorar la educación en nuestro país. 
 
Por medio de este espacio, quiero pedirles a ustedes, miembros de la Cámara Guatemalteca de la Educación, que se pongan la mano en la conciencia y que antepongan los intereses del pueblo a sus intereses gremiales. Quiero pedirle a la Corte Suprema de Justicia que rechace esta solicitud de antejuicio por atentar contra los derechos de la niñez y la juventud y por poner en riesgo el futuro de los jóvenes de nuestra nación. Quiero pedirle a ustedes, amigos lectores comprometidos con la calidad educativa, que se sumen a nuestra petición dando a conocer nuestro rechazo con el hashtag #NoAlRetrocesoEducativo. Nuestros niños y niñas se merecen los mejores educadores posibles y está en nuestras manos evitar el retroceso que les robaría esa oportunidad.  

 

Foto: Empresarios por la Educación

 

Fuente: Artículo escrito por Salvador Paiz en elPeriódico, 18/06/2015

Salvador Paiz es miembro de la Junta Directiva de Empresarios por la Educación

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