"Un paso para adelante y uno para atrás" por Salvador Paiz

El sistema educativo de nuestro país pasa de nuevo por una etapa llena de incertidumbres. La salida de Cynthia del Águila del despacho, el nombramiento del Sr. Rubén Alfonso Ramírez como nuevo ministro de Educación, y la llegada de un nuevo gobierno el próximo año, han puesto a bailar a todo nuestro sistema de educación en un vaivén sin mayor ritmo.

La educación es un esfuerzo a largo plazo, por lo que su mejoramiento debe responder a un plan multi-gobierno. Lo peor que le podemos hacer a nuestro sistema es ponerle fin a los avances ya alcanzados. Igual de importante que la calidad de plan, es que dicho rumbo no se cambie automáticamente con la llegada de una nueva autoridad educativa.

Una de las cosas que parece encontrarse en la cuerda floja, son los avances de la reforma de formación docente que logró la administración de Cynthia del Águila. Sin duda alguna, la formación a nivel superior es el rumbo a seguir para lograr una educación de calidad, y es la opción por la que han optado prácticamente todos los países de Latinoamérica. ¿A quién beneficia retroceder en este sentido? Seguramente hay oportunidades, por la forma en que se ha implementado la reforma y la capacitación a nivel universitario, pero eso no justifica un retroceso.

Exhortaría al Sr. Ministro que consulte las prioridades planteadas por Empresarios por la Educación, entre las cuales están: (i) fortalecer la profesión docente, (ii) mejorar la gestión del Mineduc, y (iii) mejorar el aprendizaje de los estudiantes –cobertura y calidad–; y el Primer Acuerdo de Desarrollo Humano, documento que contiene compromisos consensuados entre 17 partidos políticos de nuestro país en el tema de calidad educativa. Será de gran utilidad que tales documentos sean revisados, antes de introducir cambios bruscos en materia educativa.

Es de suma importancia que la nueva administración continúe con los esfuerzos e iniciativas ya encaminadas. La Reforma Educativa tuvo sus inicios tras la firma de los Acuerdos de Paz en 1996, Cynthia del Águila la desempolvó y puso en marcha durante su gestión. Fue gracias a su arduo trabajo y determinación que hubo avances importantes en ciertas políticas educativas. Aún hay mucho trabajo por hacer en el tema de calidad educativa, y los cambios en la formación inicial docente son parte fundamental de ello. Recordemos que los maestros son la variable más determinante en el aprendizaje de nuestra niñez y juventud. Sin maestros bien preparados, nuestros alumnos difícilmente tendrán los conocimientos necesarios para enfrentar el mundo laboral tan exigente de hoy en día.

Como ciudadanos debemos tener los ojos y oídos muy atentos ante las propuestas de los dos candidatos y ante las acciones del nuevo Ministro. Hagamos valer el peso de nuestro voto, eligiendo al candidato que apoye a la educación. Si seguimos en ese baile de un paso para adelante y un paso para atrás, seguiremos parados en el mismo sitio. Debemos velar que nuestras nuevas autoridades valoren los avances y logros obtenidos en la implementación de una reforma tan importante, cuyo fin principal es mejorar la calidad de vida de la niñez guatemalteca. El mismo Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala fue uno de los principales promotores de estos cambios, y han apoyado activamente los planes para mejorar la formación docente.

La educación, como prioridad de nación para salir del subdesarrollo, no debe de estar sujeta a presiones políticas ni a la volatilidad que implica andar cambiando de rumbo cada par de años, debe ser prioridad siempre. Sin una buena educación, es imposible que nuestro país salga adelante. Me pregunto, ¿por qué insistir en retroceder uno de los logros educativos de este último periodo? Estimados lectores, les pido que alcemos nuestra voz para proteger los avances alcanzados, además que analicen y cuiden su voto. Su decisión será crucial para la vida de millones de niños que buscan un mejor mañana. La educación solo será la solución si seguimos avanzando con un paso decidido por un buen rumbo.

 

Fuente: Artículo de Salvador Paiz en elPeriódico, 24/09/2015

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